La tecnología ha avanzado tanto que ya es difícil saber cuando una fotografía ha sufrido retoques. En este caso, no es que las imágenes que vais a ver tengan retoques, es que están 100% generadas por ordenador. Os presentamos algunos de los renders fotorrealistas más impresionantes que hemos visto.
No es una foto, pero hasta diseñadores con experiencia como el CEO de
CGTrader han tenido que sentarse por un momento para convencerse. Marcin Gruszczyk es un maestro en crear realidades. Para esta imagen ha tenido que calcular detalles como la erosión de la montaña. Eso por no mencionar la iluminación.
Marek Denko está considerado por muchos como un gurú del fotorrealismo. El contraste de la luz en esta bucólica escena engaña completamente al ojo.
Este render pertenece al estudio de Marek Denko
NoEmotion. A primera vista parece una foto casual del jardín de alguien y, ciertamente, el encuadre ayuda a dar esa sensación. Sin embargo, todo está generado por ordenador. Sólo la complejidad de la vegetación ya da una idea del trabajo que hay detrás. Si no os lo creéis,
aquí tenéis el vídeo 3D para el que se creó.
Cada pluma y cada detalle de la piel, el pico y el ojo de este pájaro africano no ha salido de la cámara de un documentalista, sino que ha sido creado de la nada por este artista de los gráficos generados por ordenador.
El calendario de la imagen está entre los días 9 y 10 de agosto de 1945, la fecha del bombardeo nuclear sobre Nagasaki. Este render de inspiración militar (probablemente parte de la cabina de un bombardero) consigue transportarnos en el tiempo.
Aunque simple en apariencia, los diseñadores 3D saben lo complicado que es trabajar con materiales transparentes y reflejos a este nivel. Volmer ofrece
aquí un entrevista. Al final de ella podéis encontrar una galería con otros impresionantes trabajos suyos en la misma línea.
Lebedev quería mostrar aquí el ambiente un poco fantasmal de la Rusia rural. Para ello modeló cada elemento hasta alcanzar un total de 21,560,931 polígonos.
De nuevo, la luz y los detalles son la clave para que den ganas de llevarse a la boca una de estas frutas que nunca han estado en un cesto del mundo real.
Como en el caso de la imagen de los vasos, aquí los protagonistas vuelven a ser los detalles y texturas que hacen real este macro de las teclas de una vieja máquina.
Artículo original de Alex Levcenjo.